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miércoles, 16 de mayo de 2012

Mi proyecto de futuro

Aprovechando los últimas días de curso me gustaría hacer hincapié, en lo importante que es saber lo que quieres conseguir...

Esta entrada va a tratar sobre aquello que espero ser, sobre aquello que me entusiasma, sobre el futuro.
Es cierto que la palabra futuro me asusta un poco e intento centrarme en el presente, no obstante, las experiencias que vivo cada día me hacen pensar en: ¿Qué será de mí dentro de unos años?, ¿Habré conseguido lo que me he propuesto?. Nunca se puede saber, pero cada día me pregunto quién soy, y quién seré...Bueno, pues de este tema es de lo que hablaré hoy.

Hace unos años mi proyecto de futuro era estar estudiando magisterio, y lo conseguí. Actualmente, curso segundo de magisterio de Educación Primaria. En estos momentos, mi proyecto consiste en convertirme en una buena maestra. Para ello, se requieren muchas horas de estudio, pero más, de motivación y entusiasmo por luchar por lo que verdaderamente quieres. Considero que la vocación, la verdadera vocación, es la clave en esta profesión.
Una maestra no sólo es una transmisora de conocimientos, una maestra es aquella que sabe valorar a sus alumnos, que se preocupa por su bienestar, que no le importa cuánto tiempo dedica a sus explicaciones, que se preocupa por entender a sus alumnos/as, que muestra sus sentimientos al igual que lo hacen ellos/as, que presta atención a las inquietudes, a las necesidades, a los miedos de los niños/as. Una maestra que sueña ser maestra.

Para conseguir tu proyecto de futuro se pasa por muchas situaciones, no siempre buenas, obviamente, pero todas enriquecedoras, a la vez. Construyendo este camino, nos encontramos con muchas dificultades, no obstante, debemos asumir los errores, debemos asumir que no somos perfectos, pero que aún así podemos conseguir rozar la perfección (no en sentido estricto) e intentar mejorar cada día. Esta mejora nos permitirá, más tarde, enseñar a nuestros alumnos/as que la vida se construye con la constancia y las ganas de aprender, de no parar quietos ni un segundo y, siempre, seguir hacia adelante, pese que en ocasiones nos creamos incapaces. 

En estos dos años que llevo formándome para ser una futura maestra, me ha hecho replantearme el papel tan importante que tiene un docente. Nosotros somos el reflejo de aquello que hemos aprendido, que nos han enseñado nuestros familiares, amigos/as...Y, por tanto, los alumnos serán el nuestro. Debemos ser unos modelos a seguir.


Por todas estas razones, todos y todas las que nos hemos planteado ser docentes, creo que debemos ser conscientes de lo que verdaderamente queremos. 
La educación es un aspecto fundamental que nos permite ser competentes en la vida.
Por tanto, como futuros maestros/as debemos tener en cuenta la responsabilidad que tenemos en nuestras manos. No queremos construir niños mediocres alejados de la realidad, queremos niños competentes, tanto social como académicamente.
Para conseguirlo, necesitamos prepararnos mucho y sobre todo, ser constantes para luchar por lo que queremos, que es, finalmente, convertirnos en buenos/as maestros/as. 







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